Descripción
Según Diogneto de Eritrea, cierto día Venus llegó con su hijo Cupido al río Eufrates, en Siria. Apareció por allí repentinamente el monstruo Tifón. Entonces Venus se arrojó con su hijo al río y allí se transformaron en peces atándose con una cuerda las colas, para no perderse, librándose de este modo del peligro. Así luego, los sirios, vecinos de este lugar, han renunciado a la costumbre de comer pescado y no se atreven a cogerlos, para que, en circunstancias semejantes, no parezca que invaden el refugio de los dioses o que se apoderan de ellos
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